A medida que crece la popularidad de las compras en línea, existe una mayor tentación de comprar, mantener y usar zapatos que se vean a la moda, pero que no le queden bien.
Como resultado, muchos adultos usan zapatos que no son apropiados para la forma y el tamaño de su pie. Las mujeres en especial son más propensas a comprar un zapato que es demasiado pequeño, lo que las pone en riesgo de tener callos, juanetes y otras deformidades que pueden requerir cirugía para corregirlas.
Deformidades del dedo del pie
Juanete
Un juanete es un agrandamiento del hueso o tejido alrededor de la articulación en la base del dedo gordo del pie. A medida que crece el juanete, el dedo gordo del pie puede girar hacia el segundo dedo y causar hinchazón y dolor con el uso de zapatos.
Aunque los factores genéticos pueden desempeñar un papel en el desarrollo de juanetes, en la mayoría de los casos, los juanetes se atribuyen ampliamente al uso de zapatos demasiado apretados.
El tratamiento no quirúrgico consiste en usar zapatos con una puntera más ancha, usar un espaciador entre el dedo gordo y el segundo, vendar el dedo del pie y/o aplicar hielo en el dedo del pie. Si estas simples medidas de tratamiento no son efectivas, su médico puede analizar la cirugía para extirpar el juanete.
Callo
Un callo es un tipo de callo que se desarrolla cuando los zapatos ajustados ejercen una presión constante sobre la piel.
El tratamiento simple consiste en aplicar una almohadilla de espuma sobre el callo para ayudar a aliviar la presión. Además, el uso de zapatos que le queden bien y que tengan un área espaciosa para los dedos ayudará.
Dedo en martillo
Los dedos en martillo se producen cuando el dedo del pie comienza a enroscarse en lugar de permanecer plano. La articulación del dedo medio del pie se doblará hacia arriba y si tiene el pie en un zapato apretado, rozará contra la superficie del zapato y causará dolor. Además, los músculos que se unen a los dedos del pie seguirán debilitándose si el pie permanece en esta posición anormal.
Las opciones de tratamiento simples incluyen técnicas de vendajes, usar zapatos con una puntera más ancha, usar férulas para los dedos y aplicar hielo en el área afectada. Si estas técnicas no son efectivas, la cirugía para corregir la deformidad puede ser una opción.
Punta cruzada
Un dedo del pie cruzado se forma cuando los dedos se engarzan en una punta que es demasiado pequeña, y la presión constante hace que el segundo o tercer dedo se mueva sobre el dedo contiguo.
El tratamiento simple consiste en usar zapatos con una punta más ancha, usar espaciadores o vendaje para mantener los dedos separados y aplicar hielo en el área afectada. Si este tratamiento conservador falla, la cirugía puede ser una opción.
Uña encarnada
Una uña encarnada generalmente ocurre en el dedo gordo del pie cuando la uña se corta cerca de la punta del dedo del pie. Esta lesión puede agravarse cuando coloca el pie en un zapato que está demasiado apretado en la punta, lo que hace que el primer dedo del pie se presione contra el segundo dedo y se produzca una presión anormal en la uña. La presión constante produce inflamación y dolor en las uñas.
El tratamiento simple consiste en usar un zapato con una puntera más ancha y remojar la punta tres o cuatro veces al día en agua tibia. Recorte la uña del pie en línea recta y evite recortar las esquinas demasiado cortas.
Pie diabético
Las personas con diabetes a menudo sufren daños en los nervios (neuropatía periférica) en el pie y no pueden sentir irritaciones en la piel o incluso pinchazos. Si un zapato está demasiado apretado en su pie, puede provocar ampollas o llagas que pueden progresar rápidamente a infecciones graves.
Si es diabético, revise sus pies diariamente para detectar áreas de presión, enrojecimiento, ampollas, llagas, rasguños y problemas en las uñas.
Selección de calzado para problemas en los pies
Cuando se pruebe un zapato nuevo, asegúrese de que los dedos de los pies no se sientan apretados y que ninguno de los dedos de los pies esté empujado sobre otro dedo.
Pídale al vendedor que mida el largo y el ancho de ambos pies para garantizar un ajuste adecuado.
No compre zapatos que no calcen. No existe tal cosa como un "período de adaptación". Con el tiempo, un pie puede empujar o estirar un zapato para que le quede bien. Pero esto puede causar dolor y daño en los pies.
Evalúe el zapato por su construcción general. El zapato debe doblarse en la punta, no en la caña (arco). Un buen vástago estable le proporcionará más apoyo. No debería poder apretar fácilmente el contrafuerte del talón en un par de zapatos nuevos. ¿El contrafuerte del talón es poco profundo o se asienta más alto en el talón para brindar más estabilidad a su pie? ¿Cuál es la forma de la puntera?
Determina si la puntera es adecuada para tu pie. No es solo la forma de la puntera sino también la profundidad. Una puntera más profunda tendrá más espacio para acomodar un juanete, dedos en martillo y un antepié ancho. Una caja de punta cuadrada es la forma más deseable. Si no puede obtener una caja de punta cuadrada, una redonda es una mejor opción que una forma puntiaguda.
Los zapatos con cordones, hebillas, velcro o que tengan algún tipo de mecanismo de correas le brindarán más soporte a su arco.
Un zapato que tenga una plantilla removible es ideal para que pueda agregar una plantilla ortopédica o más acolchada si es necesario.
Los zapatos que no tienen la lengüeta unida a la parte superior del zapato proporcionarán un mejor ajuste. Es difícil agregar una plantilla adicional u ortesis a un zapato con la lengüeta adherida.
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